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Capítulo 11.

Jungkook, después de escuchar las reconfortantes palabras de su hermana, corrió rápidamente en busca de Jimin.

Estaba en los brazos de Jin y parecía estar teniendo problemas para respirar.

El omega intentaba ayudarle, pero era en vano, Jimin estaba muy agitado, pálido y tembloroso.

Sin decir una sola palabra se acercó a ambos haciendo señales para que le permitiera tenerlo en sus brazos, Jin aflojó su agarre y Jungkook posó suavemente sus manos sobre los hombros de Jimin atrayéndolo a su pecho, pasó sus labios sobre las heridas que tenía en la mejilla y frente, liberó feromonas y sin darse cuenta terminó marcándolo con su olor —Respira, todo está bien, ya estás a salvo.

Jimin iba relajándose notoriamente, su respiración era más tranquila.

Jungkook se sentía tan dichoso de al fin poder sentirlo y confortarlo, como si perteneciera siempre y su alfa se sentía seguro con Jimin en sus brazos.

Yoongi estaba muy confundido viendo la escena, pero Yongsun y Jin los veían enternecidos.

Los paramédicos llegaron, Yoongi los recibió explicando todo, revisarían a Yongsun por la herida en la pierna que el alfa le causó cuando la tiró, intentaron sacar a Jimin de los brazos de Jungkook, pero el alfa se negó, así que lo cargó en forma nupcial hasta llevarlo a la camilla.

—Te tengo, cariño, estás bien —Jungkook susurraba en su oído.

Jimin no se había fijado en que Jungkook no tenía camisa hasta que vio su enorme torso desnudo y tonificado, con esos tatuajes que no tenía la más mínima idea que poseía.

Jungkook solo sonrió con orgullo cuando notó el sonrojo de Jimin —Siento no estar presentable, amor —acaricia su rostro, limpiando un poco de tierra en su mejilla.

Le dio las gracias, incapaz de verlo a los ojos, el alfa le tomó de la mano y Jimin apretó su agarrare para que este no lo dejara solo y estuviera a su lado en la revisión.

Los médicos habían explicado que el omega de Jin actuó como una madre protegiendo a su cachorro, su instinto había sido el de proteger antes de procrear, ese era el motivo por el cual su celo no se desarrolló en plenitud. Le informaron que en unas horas llegaría completamente, pero quizá no tardaría los días debidos por todo el arrebato.

Yongsun estaba tan orgullosa de su omega que lo abrazó posesivamente besándole la frente, haciéndole saber lo feliz que era a su lado.

Los tres estaban rodeando la camilla donde se encontraba Jimin esperando el diagnóstico del encargado.

Yoongi le acompañó mientras Jungkook daba información a los demás policías que llegaron y guiaba a los paramédicos a donde había personas con leves golpes por el desastre automovilístico que causaron.

Jimin se distrajo por unos momentos viéndolos trabajar, Jin que no era un miembro oficial, pero los policías le obedecían y escuchaban como si fuera uno de los miembros más importantes, el alfa de ojos marrones era muy dulce y amable con él, le estaba tomando un cariño especial, Yoongi se estaba convirtiendo en su amigo.

Pasado el rato se había marchado para gestionar todo lo sucedido, Yoongi estaría a cargo hasta que el celo de Jin pasara.

—Chicos, nos iremos de casa unos días, mi celo llegará pronto y no quiero importunar —Jimin se quedó viendo muy preocupado a Yongsun, a quien fue la encargada de dar esa información por mandato de Jin, quien terminaba de ordenar a uno de los policías que se hiciera cargo de su planta.

El omega al ver a Jimin acongojado se acercó un poco —No te preocupes amor, todo está bien, Yongsun y yo iremos a un hotel especial para estas ocasiones, está cerca de la casa de Jungkook, en cinco minutos llegas en auto —calmó las ansias de Jimin.

—Lo siento Jin, todo esto fue por mi culpa. Yo no quiero causar más inconvenientes —Jimin intenta retener su llanto.

—¡Oye! No digas eso, fuiste muy valiente, yo estoy en deuda contigo ahora, me salvaste de las garras de ese alfa, eres mi héroe Jimin —el omega lo abraza con lágrimas en los ojos.

Jimin se abalanza hacia él abrazándolo por el cuello.

—Eres la tercera persona a quien le digo estas palabras Jin —susurra en cerca de su oído.

—¿De qué hablas cielo?

—Te quiero Jin, te quiero tanto y agradezco que seas mi amigo, jamás permitiría que te hicieran daño por mi culpa. Yo siempre estaré para ti, así como tú lo has estado para mí.

—Hermanos Jimin, ahora somos hermanos, corazón —le susurra el omega limpiado sus lágrimas. Jin hipó—. Tengo miedo de dejarte solo, podría hacer algo para que vengas conmigo o mejor mando a Yongsun lejos, no me importa el dolor del calor si sé que no estarás bien —el castaño ahora estaba más sensible.

—No, ¿qué cosas dices? Debes ir con tu alfa, su celo se ha alineado, deben estar juntos, no te preocupes, ¿si me permites que me quede en tu casa? —pregunta tímido.

—¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que te quedarás en casa, la mandaré a blindar y pondré un alfa en cada esquina, además Jungkook estará contigo, ¿no te importa verdad?

—No, a mí no, pero no sé si él esté cómodo con eso.

—Patrañas Jimin, él estará encantado, ¿viste todo lo de hoy? Espera... —Jin no dijo nada más alejándose un poco de la camilla para buscar una botella con agua y vaciarla en sí mismo, de un segundo a otro sintió mucho calor y la temperatura de su cuerpo se elevó—. Creo que tengo muy calor —habla riendo con el enredo en sus palabras a causa del celo, buscó a su alfa.

—Ve con Yongsun, yo estaré bien —Jimin pide en medio de un suspiro.

—Ese es mi amigo fuerte, te llamaré cada que pueda, serán máximo dos días, pasarán rápido.

Yongsun hablaba con Jungkook pidiendo que cuidara con su vida a Jimin, su hermano le hizo saber que sobre su cadáver le pasaba algo.

La pareja se despidió de ambos para ir a comprar provisiones y prepararse antes de caer por completo.

Jin se puso frente a Jungkook poniendo su dedo en el pecho del alfa, le vio acusatoriamente.

—Espero lo cuides bien Jungkook o yo mismo te patearé el trasero, además necesito que riegues a mis plantas —dijo dando una dulce y fingida sonrisa—. Si les pasa algo, te las verás conmigo —se despidió dándole un beso en la mejilla.

—Largo Seokjin, cuídense y si necesitan algo no duden en llamarnos —Jungkook lo despidió cortes.

Jungkook se comprometió en llevar a Jimin a casa después de salir del hospital y lo revisaran por las heridas y las nuevas marcas, pero que ya estaban mucho mejor gracias al alfa.

Jungkook tenía un poco de temor por como reaccionaría Jimin estos días estando solo con él. Su instinto rugió, él cuidaría muy bien de su omega.

Jungkook acordó con Yoongi algunas visitas para mantenerse al corriente, hasta que Yongsun y Jin regresaran, él no dejaría solo a Jimin.

Jungkook y Jimin fueron escoltados por una patrulla hasta llegar a casa. En el camino, el alfa comentó que Daebin estaba bien, solamente un poco asustada, pero no sufría de algún golpe fuerte.

Jungkook ayudó a Jimin a bajar, lo guió hasta adentrarse a la sala al entrar, ambos dieron un enorme suspiro. Durante todo el trayecto, Jimin lloró en silencio con los ojos cerrados y Jungkook se encargó de liberar su aroma para calmarlo.

El rubio se sentía aliviado por tener al alfa a su lado y ver que todo estaba bien. Por su parte, Jeon se sentía pleno al tener al ojiverde junto a él a salvo.

Era de noche, afuera se quedaron algunos compañeros para hacer turnos custodiando la casa.

El alfa se dirigió a la cocina para preparar algo de comer a sus colegas y para ellos mientras dejó que Jimin fuera a su habitación para poder tomar un baño y cambiarse. Aún no había dicho palabra alguna, él solamente quería darle espacio.

Jimin estando bajo la ducha agradeció y se permitió llorar porque imaginó los peores escenarios para él, el agua recorrió cada parte de su cuerpo relajando sus músculos tensos.

Seguía con vida gracias al universo, gracias a Jungkook, Yongsun, Yoongi y Seokjin, pero también gracias a él mismo.

Al terminar de cocinar, Jungkook salió para entregar la cena a sus compañeros, igual les dejó otras bolsas para los que vendrían después en el cambio de turno.

Agradeció a todos y regresó a casa encontrando a Jimin parado esperando por él, notó que sus ojos seguían inflamados y rojos.

—¿Todo bien? —Jungkook inquiere en un susurro. Jimin asintió incapaz de emitir palabra alguna—. Ven a comer —Jungkook dejó salir su aroma para darle calma. Jimin caminó cerca del alfa, sus hombros de cerca, Jeon pasó su brazo por su espalda baja, Jimin buscó más el tacto apegándose a él y Jungkook lo guio hasta el comedor.

Cenaron en un cómodo silencio, al terminar Jungkook limpió la cocina con ayuda de Jimin, ambos se dirigían a sus habitaciones, el alfa deseaba poder abrazarlo de nuevo, lo necesitaba en sus brazos para saber que estaba bien.

Jimin se detuvo frente a su puerta, a punto de girar la manecilla para entrar, suspiró.

—¿Jungkook? —llama en un hilo de voz.

—Dime —el alfa voltea a verlo con un destello en sus ojos.

—Gracias —baja la mirada intentando no llorar.

—No hay problema Jimin, siempre estaré aquí para ti —Jungkook le sonríe y su aroma se dispersa.

—En serio estoy muy agradecido por todo, hoy ha sido un día que no sé ni como describir, aún no proceso y yo... —sollozó, el sentimiento fue más fuerte.

—¿Estás bien, necesitas algo? —Jungkook se removió algo inquieto, sintiendo algo en su pecho, caminó lentamente.

Jimin no respondió, solo avanzó un par de pasos hasta estar frente a él, el alfa se intrigó por la mirada que le estaba dando, una tierna y dulce mirada necesitada de algo.

Con temor, Jimin se acercó hasta posar su mejilla en el pecho del alfa, así como lo hizo horas antes. El mayor, sorprendido por tal acto, subió los brazos a donde pertenecían, en su omega.

Lo abrazó tierno y con cariño —Todo está bien. Te tengo —Jungkook dejó guiarse por su instinto, posando su rostro en la cabeza de Jimin.

Park se derritió en sus brazos, sollozó —Pensé que nunca me encontrarían —hipó con algunas lágrimas amenazando salir de sus ojos.

—Nunca te vamos a dejar cariño, ya no tienes que temer, estamos para ti, yo estoy para ti —acarició sus rizos—. Hoy fuiste tan valiente, todos estamos tan orgullosos.

—Jin es importante para mí, no merecía estar en esa situación —batió las pestañas para aclarar un poco la vista. No quería separarse, el toque del alfa le daba vida, Jungkook acariciaba su espalda, y parecía mecerlo.

Estar en los brazos de Jungkook era tan relajante y acogedor, deseaba pasar un largo rato en esa posición.

Amaba la sensación y no estaba seguro de poder resistirse a no estar en sus brazos.

—Gracias, Jungkook —suspiró. Jimin se atrevió a subir sus brazos y aferrarse a la espalda del alfa, necesitaba recordar que estaba bien. Jungkook lo estrujó un poco más.

—No tienes nada que agradecer cariño, tranquilo, yo estoy aquí, ¿me sientes? —preguntó porque el estado del pobre chico aún era extraño, parecía irreal para Jimin estar seguro y a salvo.

—No me sueltes por favor —lloró dejando salir el sentimiento.

—Nunca, cariño —Jungkook deja un casto beso en su cabeza.

Jeon lo sostuvo por un largo rato, liberando sus feromonas hasta lograr que Jimin quedara completamente dormido en sus brazos.

Con mucho cuidado lo cargó para llevarlo a su habitación, lo acomodó sobre su cama y le arropó pasando su mano por su cabello, sonrió al verlo tan calmado, luego de dejar su aroma por la habitación salió para el poder ir a descansar.

Jimin había dormido tan bien. Pues desde que su mami ya no estaba junto a él, no recordaba tener alguna noche tranquila.

✧✦✧

A la mañana siguiente despertó gracias al ruido que provenía de la cocina, se sentó en su cama recordando todo lo sucedido el día anterior.

Se tiró hacia atrás, cayendo de nuevo en todas sus sábanas, miró al techo con miles de pensamientos rondando en su cabeza, todo era tan irreal. No sabía cuánto tiempo había pasado así hasta que escuchó unos leves toques en su puerta.

—¿Jimin? Soy Jungkook, me preguntaba si te apetecía desayunar, he preparado una crema de verduras con tostadas.

Jimin se levantó de la cama para dirigirse a la puerta de su habitación, abrió la puerta tallándose uno de sus ojos con su mano formando un pequeño puño, con el cabello alborotado dejó que la luz entrara.

Jungkook estaba maravillado, conocía lugares con vistas maravillosas, pero la que se encontraba ahora frente a él era lo más hermoso que sus ojos habían podido ver.

—Buenos días, Jungkook.

—Hola Jimin, ¿dormiste bien?

—Si gracias, ¿y tú? —pregunta bostezando.

—Fantástico, gracias por preguntar, si quieres podría traerte la comida aquí —apunta a la cocina dando un par de pasos atrás.

—No, está bien, podemos ir a la cocina, solo iré a terminar de arreglarme dame un minuto, por favor.

—Bien, te veo en un rato —le sonríe y para Jimin es como si su vida hubiera sido iluminada.

Jungkook fue a preparar la mesa esperando a que Jimin le acompañara.

Acomodó las sillas del comedor, sirvió el té y puso los platos con comida en su sitio, era una linda mañana, el olor de los árboles frutales entraba por el gran ventanal.

Se respiraba un poco de tranquilidad después de lo sucedido, aún no hablaba con su hermana, pero él y Yoongi acordaron que Jimin se quedaría en casa hasta que Seokjin estuviera bien, trabajaría desde ahí y su amigo alfa llegaría por las tardes para seguir investigando.

Jungkook sintió cómo Jimin se paraba a su lado disfrutando de la vista al gran jardín de Jin.

Solamente se escuchaba el sonido del viento soplando, pareciera como si estuviera susurrando, el cabello de Jimin bailaba gentilmente en su rostro.

Jimin caminó y sintió como la suave brisa venía y enfriaba su piel, se quedó viendo hacia fuera, notando como las hojas revolotearan en los árboles.

Ese sonido, las hojas...

Pensamientos vinieron a él, recuerdos de ayer y del pasado.

Jungkook se movió para acercarse un poco más, su alfa sentía que el chico a su lado no estaba del todo bien, pudo ver cómo sus ojos acumulaban lágrimas que amenazaban con salir.

—Gracias por ir por mi Jungkook —la voz de Jimin se escuchó sin quitar la vista del jardín.

—No tienes nada que agradecer, siempre iría por ti.

—Claro que sí, creí que ya no vería todo esto de nuevo —en su mente pensaba "que ya no te vería a ti".

—Eres importante para mí... para todos nosotros nunca lo dudes —se corrige.

En la mente de Jimin solo existía un tipo de pensamiento y era que todo lo que le pasaba era bien merecido, de alguna manera tenía que pagar el ser tan inútil, por permitirse ser frágil y no haber defendido a su hijo ni a Hoseok ni a todos los que sufrían en las garras de Dongwoo por su causa.

—Si tú lo dices —su vista seguía el movimiento de la copa de árboles, como cuando buscas algo que nunca está o existe, pero tienes la esperanza de tenerlo de nuevo.

—Por eso te lo digo, Jin nos contó lo valiente que fuiste y como lo defendiste, eran varios alfas Jimin.

—Él hizo lo mismo por mí, no podía permitir que algo le pasara, no lo permitiría otra vez.

—Pero no lo permitiste —Jungkook insiste—. Eso fue realmente valiente, nadie es tan fuerte para enfrentar a un grupo de alfas.

Jimin bajó su rostro, ahí estaban de nuevo esas palabras.

—Tengo miedo, ¿sabes? —emite un suspiro tembloroso.

—¿A qué te refieres? No permitiremos que suceda de nuevo, ellos ya no te harán daño —a Jungkook le invadían las ganas de arrancar cada hueso del cuerpo de ese alfa por haber sido el causante del sufrimiento de Jimin.

—Tengo miedo a que esto sea un sueño y un día despierte en ese lugar otra vez, pero también quisiera que todo fuera mentira y que él regresara a mí —Jimin levanta el rostro con los ojos cerrados, permitió que las lágrimas rodaran en sus mejillas, sintiendo lo puro del viento rozar su rostro.

Jungkook se desconcertó un poco por la confesión de Jimin, creyó que estaba hablando de Hoseok.

—Tendrás a tu amigo cuando menos lo esperes, Jimin.

—Cuando caminas por el fuego, Jungkook ya nada puede quemarte, solo esperas a ser consumido —recordaba las palabras del omega.

El alfa suspiró, necesitaba abrazarlo, hacerle sentir que lo protegería, se sentía culpable por no estar con él en ese momento y no haberlo podido cuidar.

Tomó de los hombros a Jimin para que estuviera frente a él, algo en él gritaba confortarlo, apretó suavemente para recordarle que estaba en casa, que estaba a salvo. Con algo de miedo le acarició pensando que lo podría incomodar.

Jimin seguía llorando, necesitaba tanto a Jin y le daba vergüenza hablar las cosas que tenía en mente con Jungkook. Sus labios tenían un pequeño puchero aguantando el querer tirarse a llorar desesperadamente.

Caminó unos pasos posando su mejilla en el pecho del alfa y lloró.

Jungkook se sorprendió de nuevo por la acción de Jimin, supuso que el acercamiento que tuvo la noche anterior había sido por la conmoción que vivió, con cuidado frotó su espalda dándole suaves y respetuosas caricias, mientras Jimin hipaba desconsolado.

—Sácalo cariño, deja salir todo, los chicos y yo te queremos, ahora tienes a alguien que cuide de ti, haremos todo por encontrar a tu amigo —Jungkook hablaba mientras le mecía levemente—. Puedes contar conmigo, Jimin.

Un rato después, Jimin se despegó lentamente de él sin atreverse a verle a los ojos.

—Lo siento tanto, disculpa por todo esto.

—Está bien tranquilo —respondió con una sonrisa—, es bueno hablar lo que pensamos, es sano y cuando necesites aquí estoy dispuesto a escucharte. ¿Quieres desayunar?

—No tengo mucha hambre, me siento cansado. Creo que iré a dormir un poco.

—Acompáñame a comer y luego te recuestas el tiempo que quieras, yo me encargaré de limpiar —el alfa le pidió con su mejor cara de cachorro.

—Bien —terminó diciendo sin poder resistirse a negarse al alfa.

—Gracias, Jimin, ¿podrías poner el té mientas caliento un poco la crema y las tostadas? Además, preparé algo para ti, no sé si te gusten las galletas con chispas de chocolate, pero he horneado algunas.

—Eso suena genial, gracias, eres muy bueno —Jimin intentaba sonreír.

Jungkook estaba orgulloso de sí mismo, Jimin le había hablado más de una oración, permitió que lo consolara y comió todo lo que le había servido, esperaba poder seguir apoyándolo y que se lo permitiera.

Al final, Jimin entendió a que se refería Daebin con eso de tener cerca la calidez de un alfa, cuando estaba junto a Jungkook, sus heridas dolían menos. Respiraba mejor y todo era más claro.

Él era tan bueno y simplemente no comprendía como alguien o mejor dicho, ese lindo podía expresarse así sobre él.

Y la verdad era que Jimin ya no recordaba cómo era el afecto, su pequeño Jaesung se lo mostró de nuevo, pero así como vino se esfumó rápidamente.

Se sentía mejor con el aroma de Jungkook rodeándole. Pero mucho cuando lo sentía con su humanidad y calidez, nada se comparaba con el toque del alfa.

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